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Escenas del Espectáculo

Jane Fonda celebra sus 80 años, sin la intención de jubilarse

LA ESQUINA DE MANUEL NUÑEZ

«Siento que apenas estoy comenzando». Jane Fonda (Nueva York, 1937) conserva la vitalidad que transmitía en los videos de aeróbic con los que ayudó a medio mundo a estar en forma. Con una vida marcada por su apellido y teñida por el activismo político, la actriz llega a los 80 años embarcada en un sinfín de proyectos y sin la más mínima intención de jubilarse. «No volvería a mi juventud ni por todo el dinero del mundo», comentaba este año mientras promocionaba en Los Ángeles su último trabajo, «Nosotros en la noche».

Jane Fonda ha vivido y ha luchado contra lo que la vida le tenía preparado, pero con el tiempo ha aprendido que cuando el destino está escrito, poco puedes hacer. La hija de Henry Fonda y hermana de Peter Fonda no quería saber nada de la interpretación. No quería vivir bajo la sombra de su apellido. Sin embargo, tras ser despedida como secretaria, recurrió a un trabajo como actriz para conseguir un sueldo: «Como suele pasar con los hijos de los actores, siempre acabamos cayendo en el redil». Primero fue en el teatro y, a partir de 1960, el cine. Fue con títulos como «Un domingo en Nueva York» (1963), «La ingenua explosiva» (1965) o «La jauría humana» (1966) con los que se fue haciendo un nombre en la industria. Pero no fue hasta su primera película con Robert Redford, «Descalzos por el parque» (1967), cuando se consagró como una estrella. La pareja que formaron se convirtió en un sueño que todo el mundo quería hacer realidad.

Fonda siempre destacó entre el resto. Ha sido más que una intérprete. Ha sido un símbolo de independencia y empoderamiento mucho antes de las recientes campañas que luchan por sacar a la luz las desigualdades de género que hay en la industria del cine. Algo que reflejó produciendo películas como «El regreso» (1978). Pero también se convirtió un «sex symbol» en películas como «Barbarella». Su primera nominación al Óscar llegó con «Danzad, danzad malditos» (1969), pero el galardón a Mejor Actriz se lo llevó ese año Maggie Smith gracias a su actuación en «Los mejores años de Miss Brodie». Fue dos años después, en 1971, cuando sí conseguiría su primera estatuilla con «Klute» y dejaría claro que era (y es) mucho más que la hija de Henry Fonda. El segundo le llegó por su papel en «El regreso» (1978).

Entre las más de 45 películas que Jane Fonda ha rodado está «En el estanque dorado» (1981). Por esta película no recibió ningún Óscar, pero sí Henry Fonda (el cual recogió ella). Este filme supuso la reconciliación pública de la actriz con su padre. En este drama vimos reflejada, en cierto modo, la relación de los Fonda ya que Jane interpretaba a la hija que siempre ha mantenido unas relaciones muy tensas con su padre.

Estuvimos casi veinte años, desde 1990 hasta 2009, sin verla en la gran pantalla. Parecía que Fonda ya había hecho todo lo que quería en el mundo del espectáculo, pero no. Primero regresó a Broadway, donde ganó un Tony por su interpretación en la obra «Moisés Kaufman’s 33 Variations». Desde entonces, la actriz ha participado en películas como «¿Y si vivimos todos juntos?» (2011) o «La juventud» (2015), pero también se ha atrevido con series como «The Newsroom». Aunque nosotros nos quedamos con la «segunda parte» de «Descalzos por el parque»: «Nosotros en la noche». «Esta película corona nuestro trabajo. Hemos comenzado juntos, terminamos juntos. Interpretamos aquella pareja joven, enamorada y recién casada; y ahora el amor y el sexo de una pareja mayor», dijo Jane Fonda en el Festival de Venecia.

Por suerte, aún nos queda mucha Jane Fonda por ver, por ejemplo, en la tercera temporada de «Grace&Frankie» que llegará en 2018.

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LA ESQUINA DE MANUEL NUÑEZ

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