Chile celebró ayer la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales que ponen fin a la era de la presidenta Bachelet. Pese a la pasión vertida durante la campaña, estos comicios han estado marcados por la estabilidad, ya que la Presidencia la disputaban un candidato de centro-derecha, Sebastián Piñera, y otro de centro-izquierda, Alejandro Guillier, de los que no se esperaban grandes sobresaltos ni experimentos en uno de los países más institucionales desde la caída de la dictadura pinochetista.
El resultado final del escrutinio daba anoche a Piñera un 54,6% de los votos frente a su rival, el oficialista Guillier, que se conformaba con un 45,4%, una vez recontados el 99% de los sufragios. Más de nueve puntos porcentuales de ventaja para un Piñera que ya gobernó Chile durante una primera etapa entre 2010 y 2014. A las urnas concurrieron algo más de siete millones de electores, más de medio millón de personas por encima de las que votaron en la primera vuelta. Ello echó abajo la tesis de que el candidato socialdemócrata podría beneficiarse de un alza en la participación.
Ante varios miles de sus alegres partidarios, en pleno centro de Santiago, Piñera agradeció rodeado de su familia el contundente apoyo recibido y aseguró que volcará sus esfuerzos en «hacer crecer a Chile y proporcionar una vida mejor a la población».
Con los primeros avances del escrutinio estallaron anoche las celebraciones en los centros de mando del candidato derechista, que en marzo próximo se terciará la banda presidencial por segunda vez. «Es la hora de la unidad, el presidente Piñera gobernará para todos los chilenos», dijo su jefe de campaña y exministro Andrés Chadwick, mientras las calles de Santiago se llenaban de caravanas de autos que tocaban sus bocinas y flameaban banderas con el rostro del ganador.
En una llamada telefónico televisada en directo, la presidenta, Michelle Bachelet, felicitó a Piñera, a quien dijo: «Usted y yo queremos a Chile, por lo que le deseo éxito en la gestión de su nuevo mandato». El presidente electo respondió que espera sus «sabios consejos y su colaboración». Ambos acordaron desayunar juntos hoy. En marzo Bachelet y Piñera intercambiarán la banda presidencial y el bastón de mando por tercera vez. La primera fue en 2010, cuando la presidenta entregó el mando a Piñera, luego en 2014 este se la devolvió.
«Chile goza de una democracia sólida», dijo Alejandro Guillier al momento de reconocer su derrota y felicitar a su contendiente, a quien llamó por teléfono poco antes de atender a la prensa y sus partidarios. En un breve discurso, Guillier fue enfático al decir que Piñera ha obtenido «un impecable y macizo triunfo». «Hemos sufrido una derrota dura, pero tenemos que salir a defender nuestros logros en beneficio de Chile», añadió.
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