Al grito de ¡Ni una menos!, miles de ciudadanos argentinos y chilenos salieron a las calles de sus respectivas capitales, Buenos Aires y Santiago ayer ‘miércoles negro’, como lo han bautizado las organizaciones convocantes de las marchas, para protagonizar multitudinarias protestas para poner fin a los feminicidios y agresiones sexuales contra las mujeres.
En la mente de todos los manifestantes estaba la reciente y escalofriante muerte en Mar del Plata de la adolescente Lucía Pérez, violada y torturada por sus asesinos.
Pese a la lluvia torrencial y un viento frío, multitud de personas vestidas de negro se dieron cita en el Obelisco, en plena capital argentina marcharon desde allí hasta la Plaza de Mayo en reclamo de políticas institucionales de choque para frenar la alarmante cifra más de 200 de casos de violencia de género.
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