El presidente costarricense, Luis Guillermo Solís, anunció este viernes por la noche la ruptura política con el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y la suspensión de la entrega de visados a cubanos, cualquier isleño que ingrese sin papeles en orden será deportado, después de que miles de ciudadanos de la isla hayan quedado atrapados en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua, en su ruta hacia Estados Unidos.
Solís ha criticado la negativa de Guatemala, Nicaragua y Belice a colaborar en la solución de la crisis humanitaria, provocada por el cierre de fronteras a los ciudadanos cubanos. Al ver que esta cuestión no se había incluido en la reunión celebrada entre los presidentes del SICA en El Salvador, el costarricense y su equipo han abandonado la sala.
«No hubo improvisación, falta de respeto, ni berrinches (…). He defendido la integración regional durante 30 años. Soy un presidente integracionista, por eso esta salida es motivo de frustración y tristeza. No comprendo cómo tres países lograron detener un acuerdo que apoyaban todos los demás miembros del sistema», ha señalado el presidente.
El país ha recibido a cerca de 6.000 cubanos desde que inició la crisis el 10 de noviembre pasado. Los cubanos llevan a cabo un peligroso trayecto de 7.000 kilómetros por tierra desde Ecuador hasta la frontera de México y Estados Unidos, donde pueden recibir permiso de tránsito legal hacia el norte.
Los viajes de estos migrantes cubanos se han incrementado recientemente por el miedo a que los acercamientos entre Cuba y Estados Unidos pongan fin a la política conocida como «pies secos, pies mojados», que otorga residencia a los habitantes de la isla que alcanzan territorio estadounidense.
Este mismo viernes, el Gobierno de Nicaragua ha propuesto que Estados Unidos traslade por vía aérea a los inmigrantes cubanos atrapados en la frontera con Costa Rica. «Tienen la capacidad y los recursos técnicos financieros para hacerlo», ha dicho Dennis Moncada, vicecanciller del país centroamericano.
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