El 3 de noviembre se anunciaba un acuerdo para la construir de un tren de alta velocidad en México
, sería el primero en su tipo en América Latina, China estaría a cargo de dirigir el consorcio empresarial. Sin embargo el golpe -o «el descarrilamiento del tren bala» como lo llamó el diario hongkonés South China Morning Post– llegó pocos días después. Gerardo Ruiz Esparza secretario de Comunicaciones de Transporte (SCT) , anunció que el fallo del concurso para la construcción del tren rápido México-Querétaro «quedaba sin efecto».
El costo del proyecto era de U$$3.750 millones para la construcción de una vía de 210 kilómetros para unir a la ciudad de México con Querétaro. La empresa China Railway Construction Corporation (CRCC) -la mayor contratista de construcción del mundo- que iba a dirigir el consorcio del proyecto junto con tres empresas mexicanas.
CRCC tras el anuncio el viernes sufrió una caída del 4.94% en la Bolsa de Shanghái y del 5.76% en el mercado de valores de Hong Kong, su mayor caída desde julio de 2013.
El consorcio chino había sido el único licitador para el codicioso proyecto mexicano luego de que otras 16 empresas habían declinado la convocatoria, incluidas las principales competidoras globales de CRCC: la alemana Siemens, la canadiense Bombardier, la francesa Alstom y la japonesa Mitsubishi.
Y aunque no se han dado los detalles de porqué se tomó la decisión, la mayoría de los analistas son muy críticos de México y han descrito el hecho como extremadamente poco profesional.
El presidente está actualmente en China, en la cumbre de los países de la Apec, y ha debido enfrentar las críticas allí por la revocación del contrato.
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