Hasta cinco hachazos tenía el cuerpo sin vida de Mario Aparicio Anaya, de 40 años, encontrado por la Policía Nacional en su vivienda de Chueca el miércoles a las 20.30 horas. Había sido degollado y el autor del crimen no fue otro que su ex pareja, Arian Pablo Wainstein Alterman, de 47. El motivo: la reciente ruptura de la relación por parte de la víctima, indicaron las fuentes del caso.
Sin embargo, el crimen se había escrito el día anterior: el martes. Ese día fue cuando Arian Pablo, un ex bombero que actuaba como transformista en bares de ambiente homosexual, discutió acaloradamente con su pareja, que supuestamente ejercía la prostitución. La violenta disputa acabó en tragedia por obra del amante despechado, quien, tras el homicidio, se vistió de mujer y se dirigió al Viaducto de la calle de Segovia. «Me tiro porque he matado a mi pareja», repetía, ante los atónitos testigos, mientras trepaba sin descanso por las mamparas anti suicidas.
Eran las 11.11 y, pese a los intentos por parte de los transeúntes de que abandonara su actitud, logró su propósito. Murió en el acto. Después, las pesquisas del Grupo V de Homicidios condujeron al piso en el que vivía la pareja —en la calle de la Libertad, 9— y descubrieron que no mentía.
El criminal confeso tenía antecedentes por estafa; hay incluso una página de Facebook abierta por sus afectados. Los vecinos de la pareja explicaron que hace una semana tuvo que acudir un coche patrulla al piso: «Tuvieron una trifulca monumental y se hirieron».
Fuente: abc
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