Colombia, Perú, Argentina, Brasil, México, Chile, España, Reino Unido o Estados Unidos, entre muchos otros, no reconocen los resultados de las elecciones para la Constituyente, impulsadas por el presidente, Nicolás Maduro, en Venezuela.
La comunidad internacional se ha pronunciado diciendo: «Desconocemos la Constituyente en Venezuela», tras los resultados de las elecciones del 30 de julio. Esta unanimidad en contra de la Constituyente es, probablemente, el golpe más duro que haya recibido la revolución bolivariana en sus 18 años de mandato.
El pasado viernes fue Colombia, y seguidamente se unieron Panamá, Perú, Argentina, Brasil, Paraguay, México, Costa Rica, Suiza, Chile, España, Reino Unido y Estados Unidos a la lista de países que no reconocen dichos resultados ya que se considera ilegítimo dicho proceso y creen que la Constituyente puede «consolidar la dictadura» e «ilegalizar la disidencia».
Asimismo, se suma a este rechazo la Organización de Estados Americanos, el Parlamento Europeo y decenas de organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos.
Por otro lado, también se anuncia como un hecho que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, imponga sanciones económicas a Venezuela, que depende de la exportación de petróleo a Estados Unidos.
Las consecuencias de este «desconocimiento» al gobierno de Maduro, puede tensar aún más las relaciones con estos países, algo que podría incluso romperlas. Por su parte, el gobierno revolucionario ha tachado a las críticas extraterritoriales como una nueva injerencia de la «derecha imperialista» en la política local.
Algunos países que sí apoyan el proceso electoral de la Asamblea Constituyente son China y Rusia. En Iberoamérica, Nicaragua y Bolivia.
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