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Robot filma las entrañas de la central nuclear de Fukushima

LA ESQUINA DE MANUEL NUÑEZ

Cuando el pasado 11 marzo de 2011 un tsunami y un terremoto de magnitud 9,0 devastaron Japón y mataron a unas 18.500 personas, al principio nadie esperaba que la catástrofe pudiera ser aún peor. Pero estas dos calamidades dañaron los sistemas de refrigeración de la central nuclear de Fukushima. Los fantasmas de Chernóbil despertaron de nuevo cuando los reactores 1, 2 y 3 de la central quedaron fuera de control y el combustible de su interior se fundió parcialmente.

Desde el pasado 19 de julio, Tepco, la operadora de la central nuclear, ha logrado explorar las entrañas de los reactores con un robot submarino. Las imágenes, filmadas en el reactor 3, han mostrado la presencia de una sustancia a veces grisácea y otras veces anaranjada que parece ser el combustible nuclear fundido. De confirmarse, se trataría de la primera vez que se logra encontrar este material después del accidente.

«Nunca antes hemos tomado imágenes tan claras de lo que podría ser combustible fundido», explicó en una rueda de prensa celebrada en Tokio Takahiro Kimoto, portavoz de la compañía, según Bloomberg. «Creemos que este combustible se fundió y se mezcló con el metal que había debajo de él. Es muy probable que es lo que hayamos filmado».

El combustible nuclear fundido se suele conocer como corio, y está compuesto por las barras de combustible y otros materiales estructurales del reactor. En el caso de Fukushima, el combustible estaba compuesto de dióxido de uranio y de una mezcla de uranio y óxido de plutonio, según Efe.

En las imágenes se pueden apreciar también los desperfectos causados por el accidente en el reactor, que en la actualidad está inundado con agua marina que se inyectó para refrigerar el combustible.

Este reactor presenta niveles extraordinariamente elevados de radiactividad, que serían capaces de matar a una persona y que dañan los sistemas electrónicos de las máquinas.

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En febrero, Tepco calculó que los niveles de radiactividad llegaban a los 530 sieverts por hora dentro de la vasija del reactor 2. En comparación, se considera que una exposición de un sievert por día puede causar daños graves para la salud humana, por lo que una breve exposición a los niveles de radiactividad del reactor podrían ser letales. Por esto mismo, los robots solo pueden funcionar un tiempo limitado hasta alcanzar un determinado nivel de exposición.

Tepco analizará las imágenes recogidas para averiguar el tamaño de los depósitos de combustible y poder diseñar un plan para retirarlos y desmantelar la central.

«Es importante conocer la localización exacta del material, y sus propiedades físicas, químicas y radiológicas para desarrollar las operaciones para retirar los materiales de forma segura», explicó en Bloomberg Lake Barrett, un experto implicado en las operaciones de limpieza del accidente de «Three Mile Island», en Estados Unidos.

Tepco tiene previsto diseñar un plan para extraer el combustible en marzo de 2019 y comenzar los trabajos en 2021, aunque se calcula que podrían hacer falta cerca de 40 años para completar los trabajos.

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