Aunque Álvaro Morata tenía clara su decisión de marcharse del Real Madrid para jugar más minutos, el adiós a sus compañeros y al cuerpo técnico no fue fácil para él. Confirmado su fichaje por el Chelsea, el delantero tuvo que despedirse del vestuario blanco, en un trance que no fue sencillo y que terminó con el canterano emocionado.
«Muchas gracias por todo. Espero que gane siempre el Real Madrid, menos cuando se enfrente conmigo y…». Las palabras de Morata hacia los aficionados madridistas se cortaron ahí, justo antes de que afloraran las lágrimas.
Antes, el delantero había tenido tiempo de ir abrazando uno por uno a los miembros del staff técnico de Zidane y a algunos de sus compañeros. Palabras de ánimo de todos ellos para un jugador que el año pasado fue clave para levantar la liga y la Copa de Europa.
El delantero español Álvaro Morata, traspasado este miércoles al Chelsea por 90 millones, declaró que, «si Dios quiere», hoy jueves estará en un club «que en los últimos años» siempre le «ha querido» y que ve «difícil» regresar una tercera vez al equipo blanco.
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