Varios movimientos sísmicos sacudieron en la madrugada del miércoles el centro de Italia, dejando cientos de muertos.
Según informaron autoridades italianas, la cifra de fallecidos alcanzó los 247. Además, hay cientos de personas heridas.
Los equipos de rescate en el centro de Italia continúan con su tarea en busca de sobrevivientes en las provincias de Umbria, Lazio y Marche.
La mayoría de las muertes reportadas hasta ahora son de la villa de Pescara del Tronto, la cual se derrumbó. Se teme que el número de muertos siga en aumento.
La esperanza de encontrar personas con vida se mantiene, y algunas buenas noticias contribuyen a aumentarla. Así sucedió cuando en la localidad de Amatrice, después de 17 horas de excavar, recuperaron a una niña de 10 años, Giorgia, entre los aplausos de los bomberos que colaboraron en el rescate. Pero la desesperación volvió poco después cuando entre los mismos ruinas que habían protegido milagrosamente a Giorgia, encontraron el cuerpo sin vida de un joven, el hermano de la superviviente.
Un terremoto de magnitud 6 de la escala de Richter no suele considerarse demasiado grave, según los sismólogos, pero en Italia ha producido el pánico. Por su parte, los geólogos aseguran: «No hay prevención, el desastre podía haberse evitado con buenas construcciones antisísmicas». Francesco Peduto, presidente del Colegio Nacional de Geólogos, habla de «al menos 24 millones de italianos viven en zonas de elevado riesgo sísmico», y añade que «Italia entera está en alto riesgo, porque es un país geológicamente joven».
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