Es el sistema operativo móvil más extendido y, a su vez, el mayor «coladero» de virus. Este sistema operativo, el de mayor penetración del mundo, ha registrado más 2.3 millones de nuevas amenazas en 2015, un 50% más que las identificadas en 2014.
Según ha develado la firma alemana de seguridad G DATA, las amenazas al sistema operativo de Google crecen a medida que se incrementa su cuota de mercado y sus millones de usuarios. Los expertos en ciberseguridad han identificado 758.133 nuevas amenazas para Android en el último trimestre de 2015, lo que implica un crecimiento del 32% respecto al anterior (574.706), como han explicado en un comunicado.
Una realidad cada vez más peligrosa, pues mientras que las soluciones de seguridad son un común denominar en ordenadores de sobremesa o portátiles, en los dispositivos móviles su penetración aún está lejos de ser generalizada, advierten los expertos.
En 2015 se alcanzó, pues, una nueva marca negativa, con un total de 2.333.777 nuevos programas maliciosos destinados a atacar el sistema operativo Android. Estas amenazas registradas suponen un crecimiento de más del 50% respecto a 2014 (1,54 millones). Al uso generalizado del «smartphone» se añade que cada vez se utiliza más como alternativa al PC cuando hablamos de banca y compras «online».
De cara a este año, los expertos creen que en materia de seguridad se centrará en dos grandes áreas: la evolución del «malware» para Android y la llamada «Internet de las Cosas», en donde se propone que todos los objetos electrónicos se conecten a internet permitiendo ampliar sus posibilidades.
Según los expertos en seguridad, la industria del cibercrimen ha descubierto el enorme potencial de los dispositivos móviles para sus negocios y a medida que banca y compras online se popularizan en estos dispositivos móviles, las amenazas no solo crecerán en número sino también en sofisticación y con un objetivo claro, atacar el bolsillo de las víctimas. «Android está en el centro de la diana», advierten.
El «Internet de las Cosas» supondrá un gran agujero de seguridad y un gran objetivo para la industria cibercriminal: vehículos, pulseras de actividad, televisores, frigoríficos. El camino se dirige hacia que muchos dispositivos en cuyo diseño nunca se consideró su seguridad «se manejan a través de apps de Android fácilmente explotables», lamentan. La amenaza será cada vez más real en 2016.
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